Overview
Un cordón arenoso que separa el lago de La Albufera del Mar Mediterráneo, la Devesa de la Albufera está ubicada a solo 9 km al sur de Valencia capital. Con el comienzo de la época de urbanización a finales de los años 60, esta zona sufrió una degradación de sus ecosistemas bastante pronunicada, debida a la instalación de infraestructura urbana y el aumento del turismo que se observó tanto en esta zona como en todo el litoral mediterráneo español. En el año 1981 el Ayuntamiento de Valencia inició un programa de restauración ecológica con la finalidad de combatir los cambios drásticos que se habían observado a nivel paisajístico y regenerar el funcionamiento del ecosistema dunar para favorecer un gran número de especies vegetales y animales de gran valor. El proyecto, en curso hasta la fecha con el apoyo del programa LIFE de la Unión Europea, se realiza con una combinación de restauración geomorfológica, revegetación de las dunas reconstruidas y adecuación de los áreas restauradas a los numerosos visitantes que vienen de paseo a este sitio. Las actividades ya realizadas han rehabilitado una gran extensión del primer cordón dunar, mostrándose ejemplares en términos de una metodología rápida y efectiva, y la initiativa sigue con la restauración del segundo cordón dunar y la revegetación de su comunidad de enebros nativos.
Quick Facts
Project Location:
Devesa de la Albufera, 39.3836794, -0.33250859999998283
Geographic Region:
Europe
Country or Territory:
Spain
Biome:
Coastal/Marine
Ecosystem:
Coastal, Dune & Upland
Area being restored:
13,5 hectáreas
Organization Type:
Governmental Body
Location
Project Stage:
Implementation
Start Date:
1981-03-21
End Date:
2008-09-19
Primary Causes of Degradation
Urbanization, Transportation & IndustryDegradation Description
A lo largo de la historia tanto del lago de l’Albufera como su Devesa fueron, durante siglos, propiedad real. La larga pertenencia a la corona española y las restricciones en la explotación para los ciudadanos, explica que estos espacios naturales mantuvieran un estado de conservación aceptable a pesar de estar tan cerca de núcleos densamente poblados e intensamente desarrollados. A finales de los años 60, en pleno “boom” turístico español, se inicia un proceso de urbanización en la Devesa que altera gravemente sus ecosistemas, situación que se repite en todo el litoral mediterráneo español. El cordón dunar exterior fue arrasado casi en su totalidad, las depresiones interdunares rellenadas con arena y repobladas con eucaliptos y la alineación dunar interior fue fragmentada con la construcción de carreteras, edificios e infraestructuras hidráulicas y eléctricas.
El Plan de urbanización iniciado a finales de los años 60 afectó de manera diferente a cada uno de los ecosistemas de la Devesa, siendo especialmente destructivo en el ecosistema de dunas móviles. El primer cordón dunar, exceptuando el “Muntanyar del Pujol” y el “Muntanyar de La Rambla”, se arrasó en su totalidad con la finalidad de construir un paseo marítimo, aparcamientos, viales, urbanizaciones y todas las infraestructuras necesarias para dar servicio a estas. Este arrasamiento supuso la desaparición del paisaje dunar y la adquisición de una morfología totalmente homogénea y plana, ocasionó un desorden en la distribución de la vegetación típica de este ecosistema, la casi desaparición de algunas especies psamófilas como el Otanthus maritimus L. y la Euphorbia paralias L. y la aparición de especies nitrófilas. Al mismo tiempo, al desaparecer la barrera natural que servía de protección frente a la acción del viento del mar, también se produjo una regresión del matorral y arbolado situado detrás de este ecosistema.
A esta situación habría que añadir las consecuencias generadas por el estado de la playa, entre las que destacan el nulo o escaso aporte de arena, el paso diario del tractor de la limpieza que impide la formación espontánea de pequeños embriones dunares y el efecto negativo que ocasiona sobre una playa, ya de escasas dimensiones, la existencia de un obstáculo impermeable como el paseo marítimo que impide la disipación de la energía del oleaje aumentando su efecto de arrastre.
Reference Ecosystem Description
Hasta la década de 1960 el ecosistema dunar de la Devesa presentaba un aspecto muy distinto al actual. Desde el mar hacia el interior se encontraba, después de la playa seca, un gran cordón de dunas móviles que en algunos puntos llegaban a alcanzar los 10 metros de altura. Tras este primer cordón, había un segundo cordón de dunas semimóviles constituido por calderas de abrasión y dunas de hasta casi 10 m de alto. Finalmente aparecían las dunas fijas pobladas con una exuberante vegetación, donde el estrato arbóreo predominante está constituido por pino carrasco (Pinus halepensis) y pino piñonero (Pinus pinea). Tanto el cordón de dunas semimóviles como el de dunas fijas, estaba salpicado de una gran red de lagunas que se encharcaban durante la estación húmeda y se secaban a medida que avanzaba el verano. Este encharcamiento es posible gracias a una capa de limos grises de unos 15-40 cm de espesor que le proporciona impermeabilidad. Estas zonas son conocidas localmente con el nombre de “malladas”.
Las dunas litorales móviles son edificadas y modeladas principalmente por vientos de componente E, que inciden contra una costa con orientación NNW-SSE, por lo que el costado de la duna expuesto a levante se denomina barlovento y el expuesto a poniente sotavento. A la transición entre ellos, que al mismo tiempo es la parte más elevada de la duna, se denomina cresta. Por último, las pequeñas acumulaciones de arena, siempre ligadas a la presencia de plantas, que hay en la playa y, generalmente, próximas a la base de la duna, reciben el nombre embriones dunares.
Project Goals
La finalidad del proyecto es la regeneración de los hábitats dunares en la Devesa de l’Albufera de Valencia y la difusión del proyecto entre los ciudadanos y la comunidad científica. De esta forma se pretende que los ciudadanos tomen conciencia de los valores naturales del lugar, y que esta zona vuelva a tener unas características ecológicas y paisajísticas semejantes a las que tenía antes de que se degradase.
Monitoring
The project does not have a monitoring plan.
Description of Project Activities:
La restauración se realiza en tres etapas: primero se efectúa la restauración geomorfológica, luego la restauración de la cubierta vegetal y por último la adecuación del área restaurada para recibir a los usuarios de las playas.
--Restauración Geomorfológica--
En la restauración geomorfológica se trata de recuperar las características existentes antes de la urbanización, pero adaptándolas a las condiciones ambientales actuales y al paisaje existente hoy en día.
Una vez determinada la geomorfología del área dunar a recuperar, se ejecuta el proyecto utilizando maquinaria pesada adecuada para realizar los movimientos de tierra necesarios para conseguir la forma de la duna o del cordón dunar. La maquinaria pesada trabaja siempre intentando causar el menor daño posible a la vegetación existente en la zona de actuación y evitando perturbar a los animales en su periodo de cría.
El volumen de arena disponible en el área de actuación siempre es menor del requerido para la creación del cordón dunar, por lo cual este déficit ha de ser solventado. La falta de arena se ha solucionado obteniéndola de procedencias distintas según cada proyecto. Algunas veces se ha extraído aumentando el tamaño de las pequeñas depresiones formadas por el viento (calderas de abrasión) después de que fuese arrasado el primer frente dunar y antes que la vegetación volviese a colonizar la zona. Otras veces procede de las depresiones interdunares (o malladas), que tienen un origen distinto a las anteriores (tectónico) y que fueron rellenadas con parte de la arena procedente del arrasamiento del primer frente dunar. Con una extracción adecuada de la arena, se consigue que las malladas adquieran su aspecto y características originales. La arena se ha extraido también de la zona norte del puerto de Valencia, en un sector donde se produce una acumulación por el efecto barrera de este. La arena de esta zona presenta una granulometría muy pequeña y se ha tratado de paliar este inconveniente ubicando esta arena dragada en la parte más interna de la duna, que luego ha sido recubierta con arena de grano más grueso procedente de la Devesa--lo que proporciona a la duna una mayor estabilidad frente al viento. Una vez dada la geomorfología adecuada a la duna, se estable un sistema de empalizadas semipermeable y biodegradable, capaz de retener la arena acumulada por un lado, y por otro captar aquella nueva que pudiese llegar a través del viento o del mar.
Tras varios años de experiencias con diferentes materiales, distintas disposiciones, diferentes alturas y grado de permeabilidad se confirmó que las empalizadas más adecuadas, por su funcionalidad, su coste económico e impacto ambiental eran las construidas con cañas secas (Arundo donax) y borró (Spartina versicolor), dispuestas en una trama ortogonal, en la que se mantiene una separación longitudinal entre las empalizadas de 4 veces la altura de la misma, una permeabilidad al viento de un 40-50% y una altura entre 50 y 80 cm. Con el tiempo las empalizadas se cubren de arena (2º-3º año), se pudren (4 º-5 º año) y desaparecen, alcanzando la duna un aspecto totalmente natural a partir del 6 º-7 º año. En la zona de sotavento las empalizadas tardan más en desaparecer debido a que no suelen quedar tan cubiertas debido a la menor movilidad de la arena en este sector, ya que esta se encuentra fijada por la vegetación, lo que causa que la velocidad de degradación de la empalizada sea menor.
--Restauración de la Cubierta Vegetal--
La obtención del material vegetal para las repoblaciones es una de las primeras necesidades que tuvo la Oficina Técnica Devesa-Albufera (OTDA) para poder impulsar la recuperación de los hábitats degradados y se tradujo en la puesta en funcionamiento de un vivero donde producir las especies necesarias para la restauración de la cubierta vegetal. Aprovechando un pequeño vivero forestal construido en 1964, las experiencias en la propagación de las plantas autóctonas de la Devesa fueron iniciadas en 1981 y continúan en la actualidad. A lo largo de este tiempo se ha ido ampliando el número de especies que son producidas y se han completado las instalaciones con que cuenta el vivero. Una prioridad en la producción de plantas ha sido la conservación de la diversidad de la genética local. Para lo cual se ha procurado potenciar, en primer lugar, la multiplicación por semillas. Cuando esto no ha sido posible se ha tenido que recurrir a vías de multiplicación vegetativas, pero en este caso, al igual que con las semillas, el material ha procedido del mayor número de individuos posible. Actualmente el banco de semillas cuenta con más de 170 especies diferentes de la Devesa y la Albufera, entre las que se encuentran la práctica totalidad de las especies características de los ecosistemas dunares. Las semillas proceden de la recolección de frutos en el campo, ya que no se han creado colecciones de plantas madre por ser contraproducente para la conservación de la diversidad biológica, son tratados en el taller hasta alcanzar un estado de limpieza suficiente para permitir una cómoda utilización o su almacenamiento. Para conservarlas se secan mediante la utilización de gel de sílice hasta un 5% de humedad, en cámaras herméticas y a temperatura ambiente. Luego son guardadas en bolsas estancas de plástico. Las bolsas se almacenan en el banco de semillas, que consiste en una habitación que cuenta con un aparato de aire acondicionado que impide que la temperatura pueda superar los 18º C.
El segundo paso en el proceso de la restauración de la cubierta vegetal consiste en la repoblación con especies psamófitas autóctonas. Existen diferencias en la elección de las especies a utilizar según los diferentes sectores de la duna, distinguiéndose entre embriones dunares, vertiente de barlovento, cresta y vertiente de sotavento.
Una precaución importante a tomar consiste en transmitir convenientemente al personal que realiza la repoblación que coloquen las plantas alejándose de una distribución lineal o de retícula regular, es decir, hay que colocar las plantas aleatoriamente procurando obtener un aspecto lo más natural posible.
Cuando se ha repoblado sobre dunas reconstruidas con arena proveniente de malladas desaterradas se ha observado un vigor superior del normal en las plantas repobladas y en las nitrófilas que aparecen espontáneamente. Esto se sospecha que se debe a una riqueza de nutrientes en el substrato superior a la habitual y que es debida a la recarga de materia orgánica que ha experimentado la arena durante el tiempo que ha estado colonizada por los herbazales que invadieron las malladas aterradas. Debido a las condiciones ambientales de la duna esa materia orgánica se va mineralizando y va produciéndose un paulatino empobrecimiento de los nutrientes que contiene la arena, por lo que al cabo de dos o tres años las plantas dunares recuperan su fisionomía normal y disminuye drásticamente la presencia de nitrófilas como Salsola kali y nitrófilas alóctonas como Xanthium strumarium.
La forma de presentación de las plantas es una cuestión que en cualquier repoblación dunar hay que decidir, puede ser en semilla, en plantón y en esqueje. Para la mayoría de especies los tres modos son posibles, pero la idoneidad de uno u otro depende de los resultados esperados, ya que cada alternativa difiere en la susceptibilidad a ser transportada por el viento, en la rapidez del desarrollo, en su mayor capacidad de fijación de la morfología dunar, en su porcentaje de éxito, en los requerimientos de mano de obra, de medios materiales y presupuestarios, entre otros.
También existen ciertas particularidades que afectan a los trabajos de plantación en las dunas. Los plantones deben enterrarse, además del cepellón, la práctica totalidad de la parte áerea, quedando por encima de la arena exclusivamente los 10 cm superiores, lo cual supone que el cuello de las plantas quede a una profundidad de 15-25 cm y no a nivel de la superficie, como suele ser normal en otro tipo de repoblaciones. Es importante aplicar este criterio ya que aunque conlleve un mayor esfuerzo físico durante la plantación se consigue poner las raíces en una situación con mejor aprovisionamiento de humedad y es más difícil que los plantones queden desenterrados por el viento. Los esquejes deben ser de al menos 20-30 cm de longitud, se plantan enterrándolos lo más verticalmente posible y dejando sin cubrir por la arena solo los primeros 5 cm. Los bulbos de Pancratium maritimum L. se utilizan desprovistos de hojas y enterrados a la mayor profundidad posible, que al menos debe ser de 25-30 cm. La Echinophora spinosa L. y el Eryngium maritimum L. son cultivadas en macetas y cuando se transplantan, como suele coincidir con el periodo en que carecen de órganos aéreos, se puede utilizar todo el contenido del contenedor o sólo la raíz extraída de entre el sustrato. Las semillas son plantadas a una profundidad del doble de su diámetro, por lo que es muy posible que si hay vientos fuertes, sean desenterradas, arrastradas y depositadas en la base de las empalizadas, lo que no es muy perjudicial al objetivo, ya que el único inconveniente de este hecho es que en los primeros años la distribución de algunas especies en las dunas no será igual a la natural, pero con el paso del tiempo éste efecto desaparecerá.
Las plantaciones se realizan de manera manual ya que las condiciones del terreno desaconsejan cualquier otro tipo de técnica, aunque las macetas son aproximadas a los tajos de trabajo por vehículos de carga que puedan transitar por la playa. También se utilizan pequeñas carretillas autopropulsadas y con tracción de orugas de goma para el reparto de plantas y herramientas por el interior del campo dunar. Lo ideal es plantar durante el periodo que abarca desde las primeras lluvias fuertes del otoño hasta finales de invierno, pero se puede alargarlo hasta mediados de primavera sin muchos inconvenientes. De las experiencias llevadas a cabo por la OTDA se puede concluir que el desarrollo completo de la cubierta vegetal es un proceso que abarca de 4 a 6 años, aunque a los 2 o 3 años ya se alcanza un estado muy próximo al buscado.
--Adecuación del Area Restaurada a los Visitantes--
Para que una restauración tenga éxito se debe cerrar el área regenerada, facilitar los accesos y realizar una campaña de información a los visitantes.
Para el cierre provisional del área regenerada, se rodea toda la zona de actuación con vallado construido con estacas y cañas y se colocan carteles informativos avisando de la prohibición temporal de entrar en la zona.
La ordenación del tránsito peatonal consiste en la adecuación de accesos desde los aparcamientos hacia la playa consistentes en pasarelas de madera que tiene como objetivo la canalización de los visitantes para evitar el pisoteo de la zona en proceso de regeneración.
Ecological Outcomes Achieved
Eliminate existing threats to the ecosystem:
--La Playa de la Malladeta--
La primera actuación sobre esta playa, realizada en el año 1984 consistió en la permeabilización del murete mediante la colocación sobre él de haces de ramaje de eucaliptos con el objetivo de conseguir una deposición natural de la arena.
La segunda actuación de restauración dunar iniciada en otoño del año 1988, consistió en la aceleración del proceso de acumulación de arena sobre el murete iniciado unos años antes, mediante una intervención mecánica. Se construyó así un cordón dunar sobre un tramo de paseo marítimo de unos 800 m de longitud, quedando este totalmente cubierto por la duna. La acumulación de la arena se realizó mecánicamente y se extrajo de la parte posterior del paseo, exagerando pequeñas calderas de abrasión que había generado el viento poco después del arrasamiento. Para la creación del perfil de barlovento se utilizó arena procedente de un barrido superficial de la playa situada delante del murete. Se creo así sobre una superficie aproximada de 4.800 m2 un frente dunar continuo, paralelo a la costa, con la finalidad de minimizar el efecto erosivo de la acción del oleaje sobre la playa, eliminar el impacto paisajístico que suponía el murete y proteger la vegetación que se desarrollaba detrás de este primer frente. La altura de la duna osciló entre los 4-5 m sobre el nivel del mar. La altura de la arena acumulada sobre el murete varió entre 0,5 y 1,5 m, según los tramos. En dos de las calderas, de donde se extrajo la arena se excavó por debajo del nivel freático, formándose 3 lagunas de unos 150 m2 de superficie cada una y con una profundidad entre 20 y 50 cm. En las orillas de las dos situadas más al sur se plantaron 190 tarajes. Con la creación de éstas lagunas se aumentó la diversidad paisajística y se crearon unas condiciones que fueron rápidamente explotadas por insectos, anfibios, peces, aves, mamíferos y ciertos grupos de plantas.
A los dos años después de finalizada la intervención se podía constatar claramente que los resultados fueron muy positivos. La vegetación había experimentado un óptimo desarrollo, consiguiendo estabilizar la arena. La práctica totalidad de las barreras habían quedado enterradas, desapareciendo el aspecto artificial que le conferían a la duna.
A lo largo del tercer año después de realizada la actuación se empezaron a producir pequeñas brechas en el cordón dunar que iban dejando al descubierto parte del murete que principalmente fueron causadas por el pisoteo que padecían las dunas. Con el tiempo estas aumentaron de tamaño descubriéndose cada vez trozos más amplios y multiplicándose las pérdidas de arena. El viento modelaba la duna, acumulando en unas zonas y erosionando en otras.
En otoño de 1997 se inicia la tercera intervención. Dada la evolución de una parte del cordón construido sobre el paseo se lleva a cabo la experiencia de desmontar la duna situada sobre los últimos 62 metros del extremo sur de esta construcción, de eliminar completamente ésta, incluida la cimentación, y de volver a recrear el cordón dunar en el mismo lugar. Esta actuación se completa con la realización de otro edificio dunar, situado en la parte trasera del cordón restaurado y con una extensión de 31 m de longitud por 42 m de ancho aproximadamente. La superficie de actuación supuso una extensión total de aproximadamente 2.542 m2. Con esta actuación se solucionó definitivamente el efecto negativo que sobre la estabilidad de la playa suponía la presencia del paseo marítimo.
La cuarta actuación, realizada en otoño de 1998 fue la continuación hacia el norte de la actuación desarrollada con palpable éxito en el año anterior. La regeneración fue de 10.940 m2, se actuó en un tramo de 547 m de longitud. Las obras que se llevaron a cabo fueron equivalentes a las efectuadas el año anterior, salvo que no se realizó ninguna repoblación ya que la arena utilizada contaba con un buen banco de semillas y restos de plantas que rebrotaron en poco tiempo. Un año después, se efectuó una repoblación para completar las densidades adecuadas en las zonas que así lo requerían. También se excavó una zona que quedó por debajo del nivel freático, creando así una zona inundada que sustituyese a las pequeñas lagunas creadas en 1988 y que en ese momento presentaban un avanzado estado de colmatación. La restauración de la playa de la Malladeta ha sido óptimo.
--La Playa de Els Ferros-Garrofera--
A lo largo de 1990, se llevó a cabo un proyecto de restauración de un tramo de 12.000 m2 de playa en las conocidas como la playa de La Garrofera y la playa de Els Ferros. El proyecto consistió en la aportación, sobre un frente de playa de casi 2 km de longitud, de 500.000 m3 de arena procedente del norte del puerto de Valencia. Incluía también la eliminación del paseo marítimo y la creación de una berma de 65 m de largo por 3 de alto coronada hacia el interior por una duna de 4,75 m de altura y una cresta de 4 m de ancha. El perfil con el que se diseñó el cordón dunar presentaba una vertiente igual en barlovento que en sotavento. Hoy en día el viento ha variado esta configuración presentando la duna una altura menor. En esta zona se hizo una primera repoblación entre los meses de octubre a diciembre de 1990 y una segunda en la primavera de 1991 en la que se aumentó el número de plantas, observándose una adecuada evolución.
--La Playa de El Canyar--
En el año 1982 se efectuó en esta playa uno de los primeros ensayos de regeneración dunar, que consistió en construir con máquina excavadora una duna de unos 7 m de alto. La duna desapareció en poco tiempo debido a la acción del viento, su escasa vegetación y una excesiva proximidad a la línea de costa. En el año 1991 se actuó en una superficie de unos 2.200 m2, creándose un cordón dunar de unos 100 m de longitud y una anchura media de unos 20-22 m. La altura que alcanzó esta duna fue 4,80 m, la máxima que se pudo dar con los medios mecánicos con los que se disponía en ese momento.
--La Playa de El Saler--
Las principales acciones fueron realizadas en esta zona entre 1997 y 2000 y consistieron en la demolición del paseo marítimo y la restauración del cordón dunar delantero utilizando arenas procedentes de la restauración de malladas, de la reconstrucción de calderas de abrasión y de la zona norte del puerto de Valencia, construcción de restaurantes y zonas de pic-nic, levantamiento de la superficie asfaltada de viales y aparcamientos y creación de un nuevo sistema de accesos, así como diseño de nuevos aparcamientos, creación de recorridos peatonales y de bicicletas que conecten las diferentes unidades paisajísticas, recuperación de las malladas del Quarter y de El Saler y restablecimiento de la cubierta vegetal característica de cada ecosistema.
En esta zona se le ha querido dar un uso lúdico, intentando centralizar a los visitantes en este lugar para descargar la presión antrópica de otras zonas más vírgenes de la Devesa.
Factors limiting recovery of the ecosystem:
Aún habiendo regenerado con éxito un 90% de la primera alineación dunar de la Devesa, ciertos factores ajenos a la OTDA, dificultan las labores de regeneración. La falta de sedimentos, la regresión del litoral en ciertos tramos o la destrucción de praderas submarinas de Posidonia oceanica son, entre otras, asignaturas pendientes que deberían empezar a solucionarse.
Socio-Economic & Community Outcomes Achieved
Key Lessons Learned
La restauración de ecosistemas dunares, apoyándose en unos estudios previos que lo fundamentan suficientemente y con la utilización de maquinaria convencional para el movimiento de tierras, es factible en aquellos casos en los que se conserva el volumen de arena necesario para recuperar los edificios dunares. Una vez recuperada la geomorfología las operaciones descritas permiten una restauración de las características paisajísticas y los elementos bióticos de este hábitat. En todos los casos, a los 2 años aproximadamente de haber finalizado la actuación, la cubierta vegetal ya realiza la función estabilizadora, las empalizadas empiezan a desaparecer cubiertas por la arena y la duna va adquiriendo un aspecto natural. En el caso de la Devesa, este proceso es más rápido en el sur que en el norte, donde el efect negativo del puerto de Valencia sobre el transporte de arena debido a la deriva litoral es menor.
Long-Term Management
Desde el comienzo de la restauración en el año 1981, el proyecto se ha realizado en fases distintas. En esta fase se realizó la regeneración del primer cordón dunar por los métodos descritos y en el proyecto “Restauración de dunas litorales con Juniperus spp en Valencia” (Life Enebro) iniciado en octubre de 2004, se pretende el establecimiento de una población autónoma y natural de Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa en el segundo cordón dunar. Ya se han plantado más de 1.000 ejemplares y el proyecto también ha restaurado malladas y creado una laguna para introducir el fartet y el samaruc, dos especies pesqueras importantes en la región.
Sources and Amounts of Funding
La Comisión Europea sufraga el 50% del presupuesto total del proyecto y el Ayuntamiento de Valencia el 50% restante.
Other Resources
Descripción del proyecto
http://www.lifeduna.com/lifeduna/intro0.htm
El Proyecto LIFE Enebro
http://www.lifeenebro.com/
Parque Natural de la Albufera de Valencia
http://www.albufera.com/portal/index.php